
Carlos
Zelaya, de 47 años, reconoció ser el autor de un delito de conspiración para
blanquear dinero por una cantidad superior al millón de dólares, que procedía
de los sobornos aceptados por su pariente, quien se encuentra en prisión por un
desfalco millonario en su país, según un comunicado del Departamento de
Justicia.
El
autor confeso, residente en Nueva Orleans, en el estado de Luisiana, se encargó
de recibir los fondos procedentes de dos empresarios del país centroamericano
que iban destinados a su hermano Mario.
Entonces,
ese dinero, también procedente de apropiaciones indebidas de su hermano, fue
lavado en la ciudad de Luisiana por Carlos Zelaya a través de transferencias
internacionales y fueron empleadas para adquisiciones inmobiliarias, entre las
que se encontraban propiedades comerciales.
Tras
haber sido demandado, Zelaya continuó recolectando y gastando las cuantías
obtenidas con los alquileres de los inmuebles, a pesar de que un juez federal
ya le había ordenado que no lo hiciera a la espera de resolver la denuncia.
Como
parte de la declaración de culpabilidad, Carlos Zelaya también aceptó ofrecer
sus propiedades. La condena a Zelaya, que fue detenido el pasado mayo, se
espera el próximo 3 de octubre, tal y como indicó el Departamento de Justicia.
El
caso del desfalco al Seguro Social hondureño, descubierto en 2014, salpica a
los últimos tres Gobiernos, a empresarios, políticos, periodistas y modelos, y
ha provocado el encarcelamiento de Mario Zelaya junto a dos exviceministros y
otras cinco personas.
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