
El
Gobierno de Donald Trump impuso a principios de este mes las primeras sanciones
en el marco de esta crisis contra tres funcionarios del círculo cercano de
Ortega y su mujer, la vicepresidenta Rosario Murillo.
"A
través de esas sanciones, Estados Unidos demuestra que hace rendir cuentas a
oficiales del régimen que autorizan la violencia y los abusos o que roban al
pueblo nicaragüense. Son un comienzo, no un final, de sanciones
potenciales", señaló la Casa Blanca en un comunicado.
Casi
450 personas, según cifras de organizaciones de derechos humanos, han muerto en
el marco de las protestas contra el Gobierno de Ortega, que arrancaron el 18 de
abril.
La
Casa Blanca defendió la mediación de la Iglesia católica pocos días después de
que Ortega calificara de golpistas a los obispos. "Elecciones libres, justas
y transparentes son el único camino para restaurar las democracia en Nicaragua.
Apoyamos el proceso de diálogo nacional conducido por la Iglesia católica de
cara a negociaciones de buena fe", indicó.
La
Iglesia católica ha actuado como mediadora en el diálogo nacional entre el
Gobierno de Ortega y la oposición, el cual se encuentra en suspenso desde poco
después de arrancar a mediados de mayo. El presidente nicaragüense acusó a los
obispos el pasado 20 de julio de formar parte de "un plan golpista"
contra él. Miembros de la Iglesia católica han sido también atacados
físicamente.
La
semana pasada, el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, acusó a Ortega
de "estar librando" una guerra contra la Iglesia católica. La Casa
Blanca calificó al mandatario y a su mujer de "responsables últimos"
de la violencia de los grupos paramilitares en Nicaragua.
El
Gobierno de Trump aseguró en el comunicado que ha recuperado los vehículos que
había donado a la policía nicaragüense porque han sido usados para
"reprimir violentamente protestas pacíficas", y que ha cortado toda
venta o donación de equipamiento a las fuerzas de seguridad de Ortega.
Además
ha anunciado 1,5 millones de dólares de ayuda "para apoyar la libertad y
la democracia en Nicaragua", destinados a la sociedad civil,
organizaciones de derechos humanos y medios independientes que están "bajo
amenaza del régimen de Ortega".
La
ONU está discutiendo la posibilidad de asumir algún tipo de papel en los
esfuerzos para mediar y poner fin a la crisis que se vive en Nicaragua, aseguró
hoy el portavoz Farhan Haq.
Según
explicó a los periodistas, la Secretaría General de Naciones Unidas está
manteniendo conversaciones con ese fin, incluidos contactos con la
representación de Nicaragua ante la organización.
Estados
Unidos exige "elecciones libres" en Nicaragua para restaurar la
democraciaArzobispo pide bajar el tono en el diálogo.
"Estamos
discutiendo la cuestión y viendo qué podemos hacer que sea de ayuda", dijo
Haq durante su conferencia de prensa diaria.
El
portavoz explicó que, mientras esas conversaciones no se completen, no puede
dar detalles sobre qué tipo de papel podría asumir la ONU.
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