
Un
cable de la agencia EFE indica que “el Gobierno de Daniel Ortega podría
enfrentarse en los próximos días a la creación de una “comisión especial” en el
seno de la Organización de Estados Americanos (OEA) o a la congelación de
préstamos desde el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)”, o a una votación
para aplicar a nuestro país la Carta Democrática Interamericana.
“La
comunidad internacional continúa su actividad diplomática en apoyo a los
nicaragüenses. Dentro de la OEA se está conformando un grupo de seguimiento
sobre Nicaragua. De igual forma, la embajadora argentina ha organizado un
espacio para que miembros de la Alianza Cívica informen del estado de la
situación en Nicaragua”, añadió.
El
excanciller de la República, Francisco Aguirre Sacasa, coincidió con Orozco al
decir que “esta semana será muy activa en [Washington] DC, tanto en el Senado
como en la OEA”. “Hay un sentir de la comunidad internacional que no ha sido lo
suficientemente agresiva en su apoyo a los demócratas nicaragüenses durante los
primeros 100 días. Así como nos criticaban porque vivíamos en una enorme
apatía, ahora reconocen que Nicaragua dio una demostración de compromiso con la
democracia, arriesgando sus propias vidas, mientras ellos se quedaban solo con
medidas relativamente débiles”, relató.
“También
existe la percepción que con el pasar del tiempo, se ha ido agotando la energía
del movimiento autoconvocado. Frente a esa situación, hay un grupo importante
de norteamericanos en Washington que cree que este es el momento en que Estados
Unidos y la comunidad internacional comiencen a compensar el agotamiento que
podría estar ocurriendo en Nicaragua, por su falta de acción durante los
primeros cien días”, añadió.
El
diplomático confirmó que un grupo de senadores –que incluye a los republicanos
Ted Cruz y Marco Rubio, y los demócratas Bob Menéndez y el excandidato
vicepresidencial Tim Kaine- presentaron una resolución que de aprobarse,
aplicaría el equivalente de la Ley Magnitsky a todos los que son cercanos al
binomio Ortega-Murillo. “Eso no es
secreto. Este grupo piensa que podrían conseguir esta semana la aprobación de
este proyecto de ley, antes que el Senado salga de receso. Ya no estamos
hablando de resoluciones o declaraciones, sino de un proyecto de ley con
dientes”, dijo Aguirre.
El
doctor Carlos Tünnerman Bernheim, representante de la academia ante el Diálogo
Nacional, indicó al ser entrevistado para el programa de televisión Esta
Semana, que se transmite por Canal 12, indicó que la Alianza Cívica por la
Justicia y la Democracia, está al tanto de las gestiones diplomáticas en
Washington, pues “el Comité Permanente de la OEA seguirá dándole seguimiento a
la situación de Nicaragua”, citó.
“El
tema de Nicaragua sigue en agenda, y ese es un gran logro. Pocas veces en la
historia de la OEA se ha visto que un tema relacionado con un mismo país
aparezca tan frecuente en la agenda, y que se programen reuniones
extraordinarias consecutivas del Consejo Permanente para discutirlo”, recordó.
“Están
hablando de dos opciones: o una comisión especial de 10 a 12 países para hacer
gestiones diplomáticas ante el Gobierno de Nicaragua, o bien, la posibilidad,
en caso que esa comisión no fuera aceptada por el Gobierno, de aplicar
sanciones de tipo económico, como podría ser el congelamiento de los fondos
[624 millones de dólares] que están disponibles en la cartera del BID, que es
parte de la estructura de la OEA”, aseguró.
El
educador menciona que existe una tercera opción, como es aplicar la Carta
Democrática Interamericana, de la que todavía se duda si intentarlo, porque hay
que ver si se consiguen los votos para aprobarla, pero también porque sus
consecuencias son más graves. “Si se aplica la Carta, tendría que nombrarse una
comisión de ministros de relaciones exteriores para que visite Nicaragua y
examine la situación en el terreno, pero si eso ocurre, el gobierno de Ortega
podría reaccionar diciendo que si le van a aplicar los artículos 20 y 21 de la
Carta Democrática, entonces la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
(CIDH), debe retirarse del país”, amplió.
Este
curso de acción sería contraproducente para los esfuerzos de Paulo Abrão,
secretario ejecutivo de la CIDH, que está tratando de abrir “un canal
humanitario que permita dar refugio a jóvenes que se encuentran en peligro,
escondidos, o huyendo en el monte”, quizás, hasta conseguirles asilo en
embajadas, relató el investigador Orozco.
Aunque
Manuel Orozco explica que “el Senado y la Cámara Baja continúan sus esfuerzos
por instruir al Ejecutivo estadounidense que aumente su presión diplomática en
varios frentes”, y que hay senadores que siguen pensando en aprobar la Nica
Act, Aguirre Sacasa opina que esa ley “es redundante. Se vuelve una suerte de
resolución más, porque era para golpear la economía nicaragüense, que a estas
alturas está muy abatida”.
El
excanciller Francisco Aguirre Sacasa compara a Daniel Ortega con un boxeador
que tiene tiempo de no entrenar, solo que en el caso del mandatario, ese
entrenamiento no sería para meterse a un cuadrilátero con otro contendiente de
su mismo peso, sino para enfrentar a entrevistadores de nivel, profesionales
que hacen eso mismo todos los días.
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