
Mientras una
multitud de centroamericanos se aglutina en Tijuana para solicitar asilo a
Estados Unidos, la ofensiva en su contra también se hace cada vez mayor. Trump
ha reiterado que entre los miembros de la caravana hay “criminales despiadados”
y ha solicitado a su país vecino que los deporte. La advertencia llega un día
después de los enfrentamientos en la valla que acabaron con 42 emigrantes
detenidos en suelo estadounidense y 39 en terreno mexicano.
“México
debería llevar de vuelta a sus países a los emigrantes que ondean banderas,
muchos de los cuales son criminales despiadados. Háganlo en avión, en autobús,
como quieran, pero NO van a entrar en Estados Unidos. Cerraremos la frontera de
forma permanente si es necesario", sentenció Trump a las 6.30 de la mañana
de este lunes a través de su cuenta de Twitter.
A su vez, el mandatario le
volvió a ordenar a los congresistas a que financien la construcción de un muro
fronterizo. Horas más tarde, consultado por los gases arrojados a niños, el
presidente respondió que los agentes "tuvieron que usarlos" porque
había gente "muy dura" tras ellos: "Nadie viene a nuestro país a
menos que entren legalmente", concluyó Trump antes de viajar a
Mississippi.
Este domingo
cerca de medio millar de emigrantes intentaron sin éxito esquivar a la policía
mexicana y cruzar la valla que los separa de Estados Unidos. Las autoridades
estadounidenses respondieron con el cierre de la garita más transitada de la
frontera, San Ysidro, que conecta las ciudades de San Diego y Tijuana. Cuatro
horas más tarde fue reabierta y se normalizó la situación, pero las imágenes de
la tensa jornada quedaron registradas: los agentes fronterizos frenaron con
gases lacrimógenos y pelotas de goma el intento de un grupo de migrantes de
saltar la valla, entre los que había varios niños.
"En un
inicio, teníamos dos o tres agentes enfrentando a cientos de personas en ese
momento, así que utilizaron el gas para protegerse y proteger a la
frontera", explicó este lunes a CNN Rodney Scott, jefe de la Patrulla
Fronteriza en San Diego. Kirstjen Nielsen, la secretaria de Seguridad Nacional,
informó en un comunicado que algunos de los emigrantes que los oficiales de
Aduanas y Protección Fronteriza "fueron golpeados por proyectiles lanzados
por miembros de la caravana" y "los perpetradores serán
procesados".
Scott
sostuvo que la gran mayoría de los manifestantes que se reunieron el domingo en
la frontera eran emigrantes económicos "que no calificarían para el
asilo", dijo a CNN, y agregó que había pocas mujeres y niños: "Lo que
vi no fue que la gente se acercara a los agentes de la Patrulla Fronteriza y
pidiera asilo". Desde 2014, las solicitudes de asilo en la frontera se han
cuadruplicado, lo que se suma a una acumulación de más de 750.000 casos
pendientes en los tribunales de inmigración de Estados Unidos.
El origen
del enfrentamiento entre los emigrantes y la policía ocurrió después de una
marcha pacífica contra la espera para iniciar la solicitud de asilo. En un buen
día las autoridades estadounidenses reciben a entre 60 y 90 solicitantes de
refugio. Una vez que se tramita, los tribunales pueden tardar meses y hasta
años en ofrecer una respuesta.
El grupo de manifestantes en la frontera es una
pequeña fracción de los cerca de 7.000 centroamericanos de la caravana que
salió de Honduras el mes pasado. Las principales autoridades del gabinete del
nuevo presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, habían planeado
reunirse para discutir las posibles soluciones a la crisis migratoria, pero el
caos aplazó el encuentro.
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