
La mañana de
este jueves, el mandatario anunció que enviará al Senado su terna para suplir
la vacancia que dejó José Ramón Cossío con su salida del tribunal
constitucional el 30 de noviembre.
Las
candidatas son Loretta Ortiz, quien ayudó al líder del Movimiento de
Regeneración Nacional (Morena) a organizar a los foros de pacificación durante
la transición; la magistrada Celia Maya García, quien fue candidata de Morena
al Senado y el doctor en Derecho Juan Luis González Alcántara Carrancá.
La terna no
ha gustado a los expertos por su parcialidad y falta de autonomía respecto al
poder ejecutivo. “No creo que Loretta Ortiz tenga las credenciales para ser
ministra de la Corte. Celia Maya lleva varios años en la judicatura, pero es
una clara militante de Morena.
Sería muy extraño en otro país que alguien que
ha sido postulado a un puesto político salte inmediatamente a un tribunal
constitucional”, consideró Saúl López Noriega, del Centro de Investigación y
Docencia Económica (CIDE) y experto en temas judiciales. El académico cree que
González Alcántara es la apuesta del ejecutivo de Morena para la Corte, que
elegirá a un nuevo presidente en enero de 2019.
Esas
críticas son similares a las que han hecho los tres integrantes internacionales
del panel de expertos para la renovación del tribunal, que sugieren buenas
prácticas para la defensa de la autonomía de las cortes.
“México perdió la
oportunidad de hacer una terna que recogiera un proceso de deliberación y
participación de la sociedad civil… La democracia no se fortalece si en la
Corte hay una persona que es amiga del presidente o aliada de los partidos. Se
debe fortalecer el sistema de pesos y contrapesos”, ha asegurado Catalina
Botero, integrante del panel y exrelatora de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos (CIDH).
Loretta
Ortiz es exdiputada del Partido del Trabajo (PT), uno de los partidos que
conformaron la alianza Juntos haremos historia que llevó a López Obrador al
poder en julio pasado. Es egresada de la prestigiosa Escuela Libre de Derecho y
tiene estudios de posgrado, además de una carrera en la academia.
“Cumple los
requisitos”, ha dicho López Obrador esta mañana. No obstante, también es esposa
de José Agustín Ortiz Pinchetti, uno de los responsables de redactar la
Constitución moral del presidente de México, uno de los proyectos que han hecho
a más de uno levantar las cejas.
Celia Maya
es jueza desde 1979. Ha hecho carrera en el Tribunal Superior de Justicia de
Querétaro, una entidad en el centro del país. En marzo de este año solicitó una
licencia como magistrada del tribunal local para convertirse en candidata de
Morena al Senado, un movimiento con el que se identifica desde hace varios
años.
En las
elecciones de julio su fórmula quedó en segundo lugar, por detrás de la del
PAN-PRD-MC, por lo que quedó fuera de la cámara alta.
El nombre de
González Alcántara Carrancá tampoco está libre de mácula. El abogado, becario
de la Fullbright y especializado en Derecho civil y familiar, fue presidente
del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal entre el 2000 y 2003,
años en los que López Obrador fue jefe de Gobierno de la capital mexicana.
El
abogado aparece vinculado a un escándalo de tráfico de influencias porque
habría operado para beneficiar a un exministro de la SCJN, Genaro Góngora
Pimentel, en un juicio donde el juez constitucional intentaba rebajar la pensión
alimenticia en un caso de custodia contra una excónyuge.
“No ha
quedado claro su papel en ese caso”, considera López Noriega. “Si fuera cierto,
eso lo descalificaría automáticamente”, agrega. Será responsabilidad de los
senadores de contrastar los perfiles de los tres candidatos en sendas
comparecencias.
Morena no tiene la mayoría calificada, de dos terceras partes,
en la cámara, por lo que el futuro ministro o ministra necesitará de apoyos en
los partidos de la oposición para llegar al tribunal constitucional. Otro
problema de Alcántara Carrancá es su edad. Tiene 69 años y aspira a un cargo de
15 años.
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