
Leímos el comunicado del vocero oficial y aunque trata de desmarcarse de las
palabras que acusan a la institución castrense de ejercer labores de
inteligencia en contra del pueblo nicaragüense, vamos a recordarles un poco su
actuación durante estos meses en los que Nicaragua ha estado sometida al
vandalismo, a los crímenes, incluso de Lesa Humanidad y a un estado de sitio de
hecho, impuesto por policías, paramilitares y el mismo ejército. Veamos.
1.- En los
primeros dias de la represión, entregaron el armamento que estaba en almacenes
militares, remanentes de la guerra de los años 80’s y que habían sido enviados
por Libia y Vietnam entre otros países. Fusiles M – 16 y AR – 15 en su mayoría.
Si hacemos memoria y observamos los videos de los primeros paramilitares
armados, notaremos la gran cantidad de este tipo de fusiles. De todos modos,
para que no nos acusen de difamarlos, ahí quedan para muestras tres botones. El
primero es un Coronel en Retiro, Adolfo José López Quintero y el tercero,
encapuchado en la Hilux, es el ex diputado y ex soldado del SMP Heberto
Cayetano Cárcamo Narváez, conocido como Evert Cárcamo, si, ese mismo, el de la
Cámara Matizona.
2.-
Entrenamiento de los contingentes de la juventud sandinista, devenidos en
fuerzas paramilitares y prácticas de tiro en polígonos que pertenecían al
ejército, ahora en manos privadas de allegados a este, por parte de oficiales
de la institución castrense. La foto corresponde el Polígono de la Empresa
Magnum S. A. ubicada en el kilómetro 21 Carretera a Masaya, donde fueron las
instalaciones de la II Zona Militar. Y de nuevo otra foto, para que no digan
que es montaje.
3.-
Facilitación de los fusiles M – 24 SWS a paramilitares. Estos fusiles fueron
utilizados para las prácticas e instrucción de los Francotiradores del Comando
de Operaciones Especiales, COE, los que fueron dejados por los instructores norteamericanos
a raíz de su salida en el año 2013. Queda la foto que se volvió famosa en esos
dias aciagos, como testimonio irrefutable de lo que decimos.
4.-
Facilitación de la técnica y la tecnología para la utilización de drones de uso
militar, procesamiento y entrega a la policía y paramilitares de toda la
información recabada en los diferentes tranques y barricadas del país. Esta
información fue fundamental para la posterior Operación Limpieza desarrollada
en todo el país.
5.-
Recopilación de información de campo a cargo de la Dirección de Información
para la Defensa, DID, en todo el país, sistematización y entrega a la policía y
paramilitares para operar en base a la misma durante las Operaciones Limpieza
llevadas a cabo.
6.-
Complicidad por omisión, en el mejor de los casos, de la organización, armamento y operatividad del paramilitarismo
en el país, al permitir la violación de la Constitución Política que establece
que no pueden haber otros cuerpos armados más que los establecidos por la ley.
Como un recordatorio, el artículo correspondiente:
Arto. 95.-
El Ejército de Nicaragua se regirá en estricto apego a la Constitución
Política, a la que guardará respeto y obediencia. Estará sometido a la
autoridad civil que será ejercida directamente por el Presidente de la
República, en su carácter de Jefe Supremo del Ejército de Nicaragua, o a través
del ministerio correspondiente. No pueden existir más cuerpos armados en el
territorio nacional, ni rangos militares que los establecidos por la ley.
La violación
de este artículo de la Constitución Política es la causa fundamental de los
cerca de 600 asesinados, los más de mil desaparecidos y los más de 700
secuestrados políticos que se contabilizan en todo el periodo que dura la
insurrección cívica del pueblo nicaragüense.
7.-
Participación en las operaciones limpieza de todo el país. Este hecho fue
ampliamente documentado por los cientos de jóvenes que se encontraban en los
tranques de los departamentos, reconociendo a oficiales en servicio activo.
Demás está decir del armamento utilizado, que no es de uso de la Policía
Orteguista, entre estos: Ametralladoras pesadas del tipo PKM, una de las cuales
fue recuperada por los jóvenes en Jinotepe y que se muestra en la foto;
Lanzacohetes RPG – 7; Lanzagranadas M – 79; Ametralladoras Ligeras RPK; Fusiles
de Francotirador Dragunov, M – 24 SWS y los nunca antes vistos en nuestro país,
los fusiles Catatumbo, de fabricación venezolana; Fusiles de asalto AK – 103,
AKM y AK – 47 entre otros. Y de nuevo, las fotos que corroboran lo anterior.
8.-
Conocimiento y permisividad cómplice de la institución castrense en la
participación de ex oficiales de alta graduación del ejército en la
organización y operatividad de una fuerza paramilitar al margen de las leyes.
No se vale el argumento de que actuaron en su calidad de ex miembros del
ejército y en su carácter personal, dado que el actuar de esta agrupación
criminal y delincuencial violaba la Constitución Política. En la foto se
muestran varios altos oficiales del ejército haciendo gala de sus armas luego
de las Operaciones Limpieza en el norte del país, entre ellos: Mayor (R) Silvio
Palacios, Coronel (R) Leonardo Guatemala, Teniente Coronel (R) Manuel Castillo
Gámez, Mayor (R) Mario Bolaños. La lista es mucho mayor y se extiende a todos
los departamentos del país.
9.- Captura
en las fronteras con Costa Rica y Honduras y su posterior entrega a la policía
oteguista, de personas que huyen de la represión desatada por las fuerzas
policiales y paramilitares del gobierno, poniendo en riesgo su vida e
integridad personal. Uno de ellos fue el Coronel en Retiro Carlos Brenes
Sánchez, fundador del EPS y Jefe destacado de unidades militares durante su
larga carrera militar en las filas castrenses, el cual fue capturado en la
frontera con Costa Rica por efectivos del ejército y luego fue vilmente
entregado a la policía para su encarcelamiento y acusación infame de actos de
terrorismo y crimen organizado. El Coronel Brenes fue juzgado la semana pasada
y condenado a 32 años de prisión por delitos que nunca cometió. Una traición en
toda regla de parte de una institución a la que dedicó los mejores años de su
vida.
Estos son
los hechos, comprobados con fotos y videos durante las protestas y las
operaciones limpieza. El ejército podrá decir que no participaron en las
acciones de represión y pedir pruebas, sin embargo estos argumentos se caen por
si solos ante la contundencia de los señalamientos que ha hecho durante todos
estos meses el pueblo nicaragüense. No es solamente repetir eslóganes vacíos de
contenidos que no soportan las evidencias ciudadanas, ni proteger mezquinamente
privilegios económicos a costa de la complicidad con la masacre, que el régimen
al que se subordinan, llevó a cabo durante los meses anteriores. Se es cómplice
por acción u omisión y todo parece indicar que el ejército, que se dice
nacional, actuó de ambas formas, protegiendo a un régimen criminal y asesino
que se ensañó contra su propio pueblo, lo cual contradice el eslogan oficial
pues “Ni hacen lo que dicen, ni dicen todo lo que hacen”.
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