Tomado de Confidencial / Ciudad de México – Por Carlos
Salinas Maldonado / La Policía de Nicaragua utilizó, por órdenes expresas de
Daniel Ortega, a oficiales con experiencia en investigación criminal para
“fichar” a los líderes de las protestas estudiantiles,las manifestaciones
pacíficas y los tranques levantados en todo el país, para luego detenerlos en
sus casas o directamente “eliminarlos”, reveló a CONFIDENCIAL un exteniente de
la PN que participó en esas labores de espionaje político.
El
exoficial, con 20 años de trabajo en la institución, desertó de la Policía a
finales de junio, y contó su historia en un hotel de la Ciudad de México, donde
se ha refugiado, a cambio de mantener su identidad en el anonimato. Dijo que
las órdenes de sus superiores eran claras: infiltrarse en las protestas y
grabar y reconocer a los posibles líderes, cuya identidad luego formaba parte
de listas que incluían la dirección de sus domicilios y sus movimientos. Esas
listas eran entregadas a los jefes más cercanos, quienes luego las pasaban a la
Dirección de Inteligencia de la Policía, encargada de formar “comandos” cuyo
trabajo era dar caza a los ciudadanos.
“Las órdenes
eran precisas: dijeron que el comandante ya dio órdenes y hay vía libre, no
vamos a ser procesados, hay órdenes de salir a matar a la gente. Y la gente que
quede viva, que logremos agarrar, los vamos a procesar por terroristas.
Nosotros teníamos pistolas y fusiles AK. A cada uno por el momento nos habían
asignado dos cargadores de fusiles AK, cargados de proyectiles”, relata el
hombre, quien dice temer por su seguridad y la de su familia.
Antes de la
rebelión de abril, el trabajo de este exteniente consistía en investigar los
crímenes y delitos que se denunciaban ante la Policía y ayudar a llevar a los
culpables ante la justicia. Después que estallaron las protestas, le asignaron
una misión de espionaje político: vigilar las manifestaciones y los tranques,
para identificar a los líderes de las protestas y ubicar sus domicilios.
“En los
primeros días de abril nosotros como policías estábamos encerrados,
acuartelados. Era por orden de Daniel Ortega. Él dijo que no saliéramos a las
calles porque la gente estaba haciendo tranques, estaban protestando. Lo que él
esperaba era que los civiles arremetieran contra quienes estaban en el tranque
o los que estaban protestando, pero no fue así. Cuando vio que se le había
salido de las manos, directamente dio órdenes para que la Policía saliera a
reprimir a los ciudadanos. Dijo categóricamente que saliéramos a matar a la
gente que estaba en el tranque”, explica.
Y continúa
su relato: “A nosotros nos obligaban a ir a ‘puntualizar’ las casas y
documentar dónde vivían los líderes de los tranques, para después ejecutarlos.
Si vos te fijas en algunos lugares aparecieron muertos. Es porque los
levantaron de un lugar y los fueron a matar a otro lado. Hay gente que está
desaparecida, y lógicamente nunca la van a hallar. Nosotros puntualizábamos
donde vive ‘Fulano’, para después ir a sacarlos en la noche o agarrarlos en la
calle.
Directamente
uno iba al lugar, al tranque, o a las marchas, que hacía esta gente que estaba
protestando contra el Gobierno y puntualizar, o sea, identificar a la persona,
al líder y después ubicarlo, ver donde vive, para después ir a sacarlo de su
casa. Si lo agarraban en la calle le pasaban la cuenta, porque esa era la
orden. La Policía trabajaba de civil. Los que andan puntualizando dónde están
los lideres andan de civil”.
“Vas a ir a
puntualizar”, otros arman “el grupo operativo”
El
testimonio de este expolicía revela cómo funcionaba la cadena de mando de los
operativos que la Policía, controlada por Ortega ––el Jefe Supremo de la
institución––, realizaba para descabezar las manifestaciones y realizar las
detenciones ilegales casa por casa o durante las mismas protestas.
Así lo documentaron centenares de videos
publicados en redes sociales, que más tarde fueron analizados por expertos
convocados por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes de la
CIDH, quienes concluyeron que las fuerzas de seguridad operaron al margen de la
ley y señalan a la dictadura de Daniel Ortega de cometer crímenes de lesa
humanidad, en un amplio informe hecho público en Washington, tras la expulsión
de los expertos.
“El jefe
inmediato me decía: vas a ir a puntualizar a tal persona. Me daba los nombres y
me daba indicaciones para ir a puntualizar las casas donde vivían estos
dirigentes estudiantiles y de los tranques. Le pasaba esa información a mi
jefe, y él se las pasaba a unos de inteligencia para precisar más dónde podía
movilizarse la persona de interés. De ahí armaban otro grupo, le llamaban grupo
operativo, que salía a capturar a la gente, a las personas de interés de la
Policía o de interés directamente del Gobierno”, cuenta el ex oficial.
Desde
México, dice que se arrepiente del trabajo de espionaje que le tocó hacer, pero
que cumplía órdenes. Asegura, sin embargo, que nunca mató a nadie. “Logré
identificar a diez personas. Hasta el momento no preciso los nombres. Obviaba
algunas cosas, pero me decía mi jefe inmediato: “Grabalos, tomales fotos”, pero
yo me hacía el que se me descargaba el celular. Él me decía: Vos sos un
pendejo, es orden del comandante grabar y tomar fotos a esta gente y después
mandárselo para saber cuántos tenemos y después pasarles la cuenta”.
El
exteniente asegura que entre las caravanas que se encargaban de la captura de
estas personas participaban paramilitares y que entre esos grupos iban
expolicías, exmilitares e incluso oficiales del Ejército en activo. El jefe de
la Policía, Francisco Díaz, admitió en un video que se hizo viral en redes
sociales que en el país agentes “profesionales” de la institución actuaron
“encubiertos” en las manifestaciones contra Ortega.
En el video,
que es un extracto de una entrevista concedida días atrás al diario noruego Dagbladet,
Díaz es preguntado sobre el papel de los paramilitares.
“Muchos de
ellos, que andaban de civil, no eran policías voluntarios, eran nuestros
policías profesionales, la mayoría eran policías profesionales en trabajos
encubiertos”, dice Díaz en video, al que de momento la PN no se ha referido.
Díaz, a quien el Gobierno de Estados Unidos aplicó la Ley Magnitsky en julio
pasado por “graves abusos de los derechos humanos contra el pueblo de
Nicaragua”, también admitió que en las protestas había “policías voluntarios” y
defendió como legal la actuación de los mismos.
“Nosotros
tenemos lo que llamamos policía voluntaria” que está “establecida (…) en la ley
de la Policía Nacional (…) que tiene también sus misiones específicas (…)
participa, junto con la policía profesional, en acciones preventivas (…)
participaron como lo establecen nuestras normas jurídicas, no como dice la
derecha”, sostuvo.
Díaz afirmó
que, en el caso de los policías profesionales con rostros ocultos, la normativa
“legalmente nos establece que podemos usar lo que llamamos pasamontaña, para
proteger la identidad”. En el video, el jefe policial aparece acompañado del
inspector general Jaime Vanegas, quien al final refuerza la versión de Díaz.
El
exteniente entrevistado por CONFIDENCIAL dijo que a finales de junio decidió
desertar de la Policía, después de recibir órdenes de reprimir a los
manifestantes. “No me pareció la política represiva de Daniel Ortega y Rosario
Murillo. A mí el pueblo, el Estado, me pagaba como policía por su seguridad, no
para matar a mi pueblo. Por honor y porque vale más la vida de un ciudadano que
lo que yo ganaba. Yo ganaba 11,500 córdobas. Es por eso que yo deserté de la
Policía. Me hostigaron, me dieron persecución y por último tuve que emigrar de
mi país, porque ya no soportaba”.
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