
Canales, es
nacida en Perú, pero nicaragüense al cien por ciento, y debió librar su batalla
personal de aprender a descifra los laberintos de la tarea que representan los
obstáculos de la necesidad que representa cuidar su dinero, experiencia que la
ha transmitido impartiendo seminarios administrativos, para la corrección del
arraigamiento muy nicaragüense de ufanarnos en gastar lo que no tenemos, y
gastar lo que no ganamos.
“Estamos en
una situación económica en la que todos nos preguntamos ¿qué puedo hacer? Ya
recorté gastos, se redujeron mis ingresos, alguien de mi familia perdió su empleo,
ya no sabemos qué hacer, pero en algo que yo siempre insisto en las
capacitaciones que hacemos, en las redes sociales, es que siempre hay algo que
hacer” detalla Canales.
Para la
economista, siempre estamos cargados de confusiones al momento de tomar decisiones
con el dinero, priorizamos gastos que realmente no son vitales para el hogar, y
ese es el momento en donde muchas veces no se logra identificar los gastos que
verdaderamente se deber de recortar, la economista Giselle Canales, enfatiza
que poder siempre se puede, aunque sea obvio que se ha estado llegando al
límite de situaciones de pobreza, se ha
llegado a la línea de pobreza y en esa situación es mucho más complejo
resolver.
“En la
mayoría de los hogares nicaragüenses que tienen un salario promedio que, de
acuerdo al Banco Central de Nicaragua, anda por los once mil córdobas, y los
hogares con ese nivel de ingresos aún están en capacidad de hacer una revisión
de como optimizar esos ingresos, y debemos obviar la palabra “recortar” y
pensar más en “optimizar” es decir de cómo puedo hacer más con lo poco que
tengo” explica la economista.
Para la
economista, resulta curioso que en la situación económica que enfrentan los
nicaragüenses, vino a demostrar que aquello que muchas veces decíamos, en donde
se asumía que la política no le daba de comer, la democracia no le daba de
comer, y repetía un sinnúmero de cosas, en las que se incluía si no trabajo no
tengo que comer, y ciertamente –agrega Canales- todo esto está estrechamente
relacionado. “Si un fenómeno, no da las condiciones para que haya trabajo, para
que las empresas inviertan, todo esto es una cadena de eventos de orden
económicos que inciden en los bolsillos de cada uno de los nicaragüenses”
detalla Canales.
La
economista Giselle Canales refiere que ella siempre que conversa con las
personas, les pone de ejemplo de la vendedora de tortilla que comercializa su
producto, en las afueras de una empresa, esta venta de tortilla por muy pequeña
que sea, los trabajadores de esta empresa le compran la tortilla para
desayunar, para llevar a sus casas, en donde el caso es que si esa empresa,
reduce sus ventas, y recorta el número de sus trabajadores, las ventas de
tortillas van a bajar, y esta tortillera tiene sus proveedores, a los que
compra la masa, la leña, el gas, el maíz, la bolsa para empacar las tortillas,
la tortillería va a comprar menos a esas empresas proveedoras, de esa manera se
va replicando el efecto negativo.
“Creer que,
si algo económicamente te afecta a vos y no a mi es erróneo, todas estas
afectaciones negativas, económicamente hablando, son una cadena de
repercusiones negativas que nos afectan a todos” creer que las reformas
tributarias, afectan solo a unos pocos, a los ricos, a las clases medias, eso
no es verdad” enfatiza la economista.
Canales,
recuerda que ella escribió un amplio artículo sobre el impacto de las reformas
tributarias, en donde el impacto de estas reformas sobre las empresas, sobre
todo en las más grandes, que son las que generan más empleo formal, y que son
las que más recaudan impuestos, que es con lo que se cubren los gastos de salud
pública, educación pública, reparación de calles, y todo lo demás, y si esa
empresa generadora de impuestos se ve con menos dinero, lo que le queda por
hacer es tomar medidas, como es recorte de personal, recorte de beneficios, con
lo que se ven afectados todos sus trabajadores, los que consumirán menos,
incluyendo la tortilla.
“Las
empresas afectadas por reformas tributarias en un proceso de contracción
económica, van a invertir mucho menos, van a vender menos, van a comprar menos
a sus proveedores, lo que termina siendo un efecto en cadena, aunque estas
reformas tributarias, inicialmente estaban pensando ser aplicadas a las grandes
empresas, terminaron multiplicándose hasta llegar hasta las más pequeñas
empresas, en donde se incluye a la tortillería” aclara la economista.
Giselle
Canales, economista, refiere que a esto se debe sumar el efecto directo que
ocasiona el Impuesto al Valor Agregado –IVA- en donde productos que antes no
pagaban ese impuesto ahora si lo pagan, con ello se tiene un efecto negativo
inmediato, sobre los consumidores,
Canales,
señala de curioso el factor, de que el dinero siempre está presente a lo largo
de todas nuestras vidas, porque para estudiar, aunque se vaya a una escuela
pública, se va a necesitar de comprar uniformes, útiles escolares, si uno se
enferma se necesita de dinero para sanar, si emprendes un proyecto se va a
necesitar de dinero, se necesita de dinero para todo, pero no nos preocupamos
por administrarlo de forma correcta y eso es el peor error que cometemos, en
donde creer que solo el que gana mucho dinero, o que sólo el empresario sabe
administrar bien el dinero.
“Administrar
bien nuestro dinero, es para todos, en donde, al contrario, si menos dinero se
tiene, es cuando más se debe “optimizar” la forma en que vas a administrar tu
dinero” urge la economista Giselle Canales, para luego referirse a la situación
económica de la inmensa mayoría de los nicaragüenses, que la ilustran
popularmente como “coyol quebrado, coyol comido” señalando que esta situación
no es sostenible, y esto se ve sobre todo cuando llegamos a la etapa de la
tercera edad, en que no podemos generar más ingresos.
“ Porque en
la juventud, y en la adultez temprana, de una u otra forma nosotros resolvemos,
hacemos algún trabajo, generamos ingreso, algo hacemos, pero cuando ya somos
adultos mayores y no tenemos capacidad de generar ingresos, es cuando impacta
directamente la pobreza, porque no sentamos las bases económicas para vivir tranquilos
en la vejez cuando ya no tenemos más ingresos, y es ahí en donde vemos que el
adulto mayor se convierte en dependiente, y esta situación afecta finalmente a
toda la familia, “Y es que no es lo mismo repartir cien córdobas entre dos,
que, entre cinco, seis o siete” puntualiza la economista.
Canales,
señala que en el hogar y en la escuela no se les enseña a los niños del valor
del dinero y como administrar el dinero, y ese error se va multiplicando, se va
a adquiriendo de generación en generación, de cómo se enseña a adquirir
cualquier cosa, como una plancha, una licuadora, un carro, una casa, al
crédito, y eso se ha convertido en algo cultural, el error de endeudamientos
impulsivos, y se debe hacer algo por cambiar esto, porque al final lo que se va
a lograr es seguir multiplicando pobreza, heredando ese patrón de conducta de
pobreza, que es algo que no está directamente en nuestros bolsillos, sino más
bien en nuestras mentes, en donde el asunto no es como lo vemos, porque se
puede tener muchos ingresos y estar igual de sobre endeudados, que los que no
tienen grandes ingresos.
“Conozco a
muchas personas con bajos ingresos, que logran “optimizar” al máximo ese poco
dinero que tienen, logran comprar su casa, logran ahorrar algo de dinero, y
cuando les surgen situaciones inesperadas cuentan con que hacerles frente a los
problemas inesperados, muy al contrario del que tiene muy buenos ingresos, pero
no optimizó su dinero” señala la economista.
En la
conclusión de esta breve síntesis de la intervención de la economista y
periodista Giselle Canales, en Impacto 540, con la dirección del periodista
Gustavo Bermúdez, enfatiza que la correcta forma de optimizar nuestro dinero es
un asunto de establecer nuestras verdaderas prioridades económicas.
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