
El detective de El Paso Adrián García dijo en una
declaración jurada de arresto que Patrick Crusius salió con las manos en alto
de un vehículo detenido en una intersección poco después del ataque del sábado
pasado y que les dijo a los policías: "Yo soy quien disparó".
Agregó que Crusius renunció posteriormente a sus derechos
Miranda y accedió a hablar con los detectives, diciéndoles que el objetivo de
su ataque eran los mexicanos. Los derechos Miranda son los que le advierten a
todo sospechoso en Estados Unidos que sus propias palabras pueden incriminarlo
en los tribunales.
El jefe de la Policía de El Paso, Greg Allen, ha
manifestado que el sospechoso parecía estar "en un estado de shock y
confusión" y dijo que no había mostrado ningún tipo de arrepentimiento.
Las autoridades sospechan que actuó motivado por motivos
raciales y tratan el caso como terrorismo, después de que el atacante dejara
publicado un manifiesto en el que aseguró que actuaba motivado por la
"invasión hispana de El Paso". Esa ciudad fue parte de la República
de México hasta 1848, como parte del tratado de Guadalupe Hidalgo.
La Fiscalía de Texas considera el atentado como un caso
de terrorismo y buscará la pena de muerte para su autor, según hicieron saber
el domingo los abogados del Estado en rueda de prensa.
Al menos 22 personas murieron en el ataque y otras dos
decenas resultaron heridas. Muchos de los muertos tenían apellidos hispanos y
ocho de ellos eran de nacionalidad mexicana.
Horas después del ataque en El Paso, un hombre armado
mató a nueve personas e hirió a muchas más en Dayton, Ohio.
El Paso es fronterizo con la mexicana Ciudad Juárez y su
población es mayoritariamente latina.
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