
El padre Erving
Padilla, párroco de la Iglesia San Juan Bautista de Masaya, dijo ayer luego del
ataque de una turba sandinista contra el templo que "están pidiendo quitar
a los sacerdotes de Masaya". Si así fuese -agregó- "nuestra conciencia
no fue comprada, nos vamos con la conciencia tranquila porque somos
libres".
El párroco,
sumamente indignado por lo ocurrido, dijo en un discurso improvisado ante los
feligreses: "Sabemos que hay cambios sacerdotales porque el Gobierno lo ha
pedido y yo soy uno de ellos, pero en mi queda que me voy pero con la
conciencia tranquila, me voy con la conciencia limpia de saber que me voy y sin
vender mi moral, oremos por las personas que fueron arrestadas, la cual me
pidieron negociaciones lo cual respondí que no necesito negociar porque la
iglesia es libre y no necesita negociar, me solidarizó con el padre Edwin que
busca libertad y respeto para la iglesia".
Monseñor Avilés
dijo que al conocer de estas declaraciones habló con el sacerdote. Agregó que
como el próximo domingo habrá procesiones de Cristo Rey con el Santísimo, el
padre Padilla "pensaba sacar al Santísimo en procesión" ayer jueves
pero "apareció la turba... golpeando a monaguillos y feligreses. Por eso
cerraron las puertas e hicieron la misa".
El Vicario las
llamó "fuerzas de choque afines al gobierno" que "son
enviadas" y "protegidas por la Policía".
"Nos da
tristeza y nos invita a una mayor oración y pedirle al Señor que no les tome en
cuenta esos pecados porque (ellos) no saben lo que hacen", dijo Monseñor
Carlos Avilés, Vicario de la Arquidiócesis de Managua, una de las víctimas de
ataques de policías y parapolicias en 2018.
Explicó que
"el movimiento de sacerdotes" los hace el obispo "de acuerdo a
las necesidades pastorales que tenga o no porque grupos políticos lo pidan. Si
fuera así, la Iglesia estaría patas para arriba, solo son rumores",
expresó descartando la especie.
"La labor de
la iglesia es humanitaria, reiteró, y en la medida que hay un ser humano le
ayudaremos en la medida de lo posible. No somos ricos, somos una iglesia pobre,
Jesucristo, la verdad, los derechos de la persona es la línea de la
iglesia".
Monseñor Avilés
pidió a las autoridades que permitan dar asistencia humanitaria al padre Edwing
(Román) y las personas en huelga de hambre o en ayuno forzado.
"Después de
una semana es algo serio", comentó el sacerdote.
Dijo que la
Nunciatura "es un canal aparte" con las autoridades gubernamentales y
que "no se de comunicaciones con el gobierno".
Por su parte los Obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica emitieron un
mensaje de solidaridad con la Iglesia y pueblo nicaragüense, ante lo que catalogan
persecución, hostigamiento e irrespeto a la libertad religiosa durante los
últimos días.
Según señala la
nota, la Iglesia Católica costarricense "eleva su voz de censura"
ante "la violación de derechos humanos" al que está se está
sometiendo al pueblo nicaragüense.
"En razón de
lo anterior, es urgente cesen los hostigamientos y la persecución contra la
Iglesia Católica. Especialmente, manifestamos que no debe prolongarse por más
tiempo el asedio y la privación de servicios fundamentales como el agua y los
alimentos, a que ha sufrido el cura párroco de la parroquia, de San Miguel
Arcangel de Masaya y un grupo de fieles. Asimismo, que prevalezca el
ordenamiento jurídico y que se impida la violencia de turbias fanáticas contra
templos y personas en general", afirma el comunicado.
Un reciente
informe de la Comisión de Alto Nivel de la OEA sobre Nicaragua señala
discrepancias de las acciones del gobierno en materia de derechos humanos y
garantías protegidas por la Constitución de 1987, alterando el orden constitucional
y democrático del país centroamericano.
En dicho
documento, se recomienda el cese de la represión, el restablecimiento de los
derechos y el retorno del Meseni y la OACNUDH al país nicaragüense, para así
poder observar la situación de derechos humanos y dar seguimiento a
recomendaciones realizadas por la OEA.
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