
“Vemos a los
tiranos en la región por lo que son, y diseñamos políticas para confrontarlos,
no para apaciguarlos”, dijo durante un discurso que pronunció sobre América
Latina en la Universidad de Louisville. “Nuestra política hacia Venezuela está
combinada con restricción”.
Pompeo expresó
confianza en lograr la salida de Maduro y se refirió a la manera abrupta en que
dejaron el poder en 1989 los líderes comunistas Eric Honecker, de Alemania
Oriental, y Nicolae Ceausescu, de Rumania. Pero admitió que podría tomar largo
tiempo.
“El fin viene
para Maduro. Simplemente no sabemos qué día”, dijo.
Estados Unidos y
más de 50 países consideran que la reelección de Maduro en 2018 fue
fraudulenta, por lo cual reconocen como presidente legítimo de Venezuela al
líder opositor, Juan Guaidó.
Washington ha
impuesto sanciones a docenas de funcionarios del gobierno de Maduro.
Pompeo no hizo
referencia al escándalo que actualmente enfrenta la coalición opositora
encabezada por Guaidó.
Varios
legisladores opositores fueron suspendidos de sus cargos la víspera por
acusaciones de que formaban parte de una supuesta compra de votos para socavar
la mayoría opositora en la Asamblea Nacional y por abogar a favor de
empresarios vinculados con el gobierno de Venezuela que presuntamente lavaron
dinero.
Las acusaciones
surgen mientras Guaidó ha visto disminuir el número de personas que responden a
su exhortación a protestar en las calles y cada vez son más los que dudan de su
capacidad y la de sus aliados para reanimar la esperanza de que es posible
poner fin al mandato de Maduro.
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